Menudo bicho traigo a colación hoy en mi Zoo. Animal que muchos conocimos, me incluyo, en la película animada de Disney “el rey León” en el personaje de Timón. Mamífero africano que es descrito por donde he mirado por internet como diurno, social y territorial.
Digamos como la mayoría de los vendedores. Porque entre ellos los hay también nocturnos, asociales y transfronterizos. De todo hay en la vida del señor. Que la suricata (algunos le llaman el suricato, pero es más propio utilizar el femenino) es un animal social es obvio porque rara vez se le ve solo. En internet he leído de todo: desde que forma colonias de unos diez individuos a que se agrupan en torno a 50. Pero solos lo que se dice solos no se les ve.
Y aquí pongo a colación al vendedor que tiene poco de suricata. Y es para traer una anécdota real. Suelo hacer en procesos de selección un test de personalidad vendedora a los candidatos, donde hablo donde entre otras cosas se mide su sociabilidad. Un rasgo que podría verse como intrínseco al vendedor, vamos que le viene de serie. Me detengo cuando en ese rasgo el comercial saca una puntuación baja. Pero no me detengo porque lo veo malo en sí, sino porque es un rasgo llamativo en el test.
Y es que yo mismo cuando me hice el test salí suspendido. Lo hablé con varios colegas y personas que me conocían bien profesionalmente y se reían “ese test está mal o lo contestaste mal Miguel”. Esas eran las principales respuestas. Yo me quedé meditando porque el resto del test me había clavado. Y en estas lo hablé con mi mujer, que no tiene ni repajolera idea de mi profesión -de hecho le cuesta decir a qué me dedico- a enseñarle el test. ¡A ver si soy como Timón! una suricata más bien solitaria.
La sorpresa vino cuando mi esposa leyó el test y me dijo: “te ha clavado”. Yo le contesté, bueno del todo no, estoy suspendido en sociabilidad. Entonces mi mujer me demostró que era un asocial de libro. Y me dio multitud de ejemplos de mi vida cotidiana -no profesional- de que si soy un suricato de raza pero que tengo rasgos asociales muy marcados. Y tenía razón, cuando no estoy trabajando me gusta la soledad y si estoy con alguien en un evento trato de no relacionarme con él más que lo justo -me ha pasado en el cine o en el fútbol- y en la medida posible evito los saraos familiares -cumpleaños por ejemplo-.
No soy social, es cierto. Sólo lo soy cuando trabajo -que es mucho- pero las relaciones lo son en tanto me convienen. No todas pero sí la mayoría de ellas.
Soy un Timón de la vida. Que le voy a hacer, paso tanto tiempo con gente que fuera del trabajo lo único que no quiero es eso, la gente.
Deja un comentario