Animal fascinante donde los haya. Es un ave, porque lo es, aunque no vuele. Ahí estaba yo investigando sobre el bicho cuando me entero que el mito que yo tenía asumido -creo que la mayoría- sobre que esconde la cabeza bajo tierra por miedo es falso. Como mucho baja la cabeza para resaltar su plumaje y que se confunda con un arbusto ante sus enemigos, pero no la esconde por miedo, quizás lo que hacen en muchas ocasiones es excavar para esconder sus huevos, de ahí que parezca que en muchas ocasiones se les vea con la cabeza sumergida.
Bueno pero yo que pensaba en la avestruz para significar el miedo de algunos vendedores, me resisto a abandonar la metáfora para hablar de eso. del miedo.
¿Miedo a qué?, ¿a la eficacia de mis productos?, ¿a que es una marca, la mía, cada vez más en entredicho?. ¿a mi jefe?, ¿al cliente?…

Yo cuento una anécdota personal -para variar- me pasó en un momento profesional de mi vida. Iba a fichar para dirigir la delegación regional de una empresa a nivel nacional (el Michael Scoot de la aclamada serie de The office). Antes de aceptar el cargo me informe lo más que pude de la empresa, el resultado era claro: la delegación es una mierda. Todo el mundo me decía que no me metiera allí. Yo investigué como iba la empresa a nivel nacional y las noticias no podían ser mejores: iba creciendo exponencialmente tanto en facturación como en beneficios. Decidí quitar miedos y aceptar el puesto de Dirección. Un puesto con un 99% de componente comercial.
Ahí aprendí una gran enseñanza en mi quehacer profesional: Aborda sin miedos lo que dependa de ti. Es verdad que los comerciales y los ditribuidores estaban hundidos con la dirección regional que hasta ese momento había, pero no era menos cierto que era una gran empresa y que necesitaban sabía nueva, diferente. No lo podía hacer peor, seguramente mejor sí.
El único miedo que tuve es que el equipo no me acompañara, cosa que afortunadamente no pasó. ¿El secreto? Meter sentido común en la gestión comercial.
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